
Actualmente el boom generacional, la división entre los babyboomers, millenials, generación X, ha causado un gran impacto en esto, y se ha ido perdiendo la educación financiera. Existen situaciones muy preocupantes para el futuro enfocado en esta falta de conocimiento. De ahí surge la inquietud de transmitir un poco de información y romper el paradigma, que se piensa al escuchar esta palabra.
Tal vez, para muchas personas el escuchar el término “Finanzas” les asusta, o piensan en la economía de una empresa. No obstante dejando de lado el uso principal de ellas, que es cotidianamente en nuestras vidas. No hay día que no se utilicen.
Según el diccionario de la Real Academia española (RAE), la palabra proviene de “finance” en francés, existe desde el siglo XII formada por el verbo finer que significa pagar o dar por terminado un trato.
Y en un término más coloquial enfocado en nuestra vida, es lo que entra y sale de nuestra bolsa. Los ingresos que se perciben cada semana, quincena o mes trabajando, menos los gastos que se tienen día con día. El saber cómo administrarlos esa es la clave para unas finanzas sanas en cada persona.
Leyendo un libro llamo a mi atención una frase, que era la filosofía o la base de todo el libro. “Hacer que el dinero trabaje para mi, y no yo trabajar para el dinero” -Robert T. Kiyosaki. Si se analiza bien esta frase, se pueden deducir muchas cosas, pero las principales de ellas son ¿qué estoy haciendo hoy en día con mi dinero?¿como lo estoy manejando?¿en que lo utilizo?. Robert Kiyosaki nos invita en su libro de Padre Rico, Padre Pobre a cambiar nuestra mentalidad financiera, educándonos.
Pregúntate a ti mismo:
¿Vivo mi día a día con esa quincena que gano o tengo para ahorrar?
El error que cometemos mayormente es que entre más dinero tenemos en nuestras bolsas, más queremos gastar. Ahí es cuando entra la importancia de conocer las finanzas. La frase “… y no yo trabajar para el dinero” a esto se refiere cuando todas las mañanas te despiertas pensando, tengo que pagar el crédito de la casa, las tarjetas de crédito, el crédito universitario… y un sin fin de cosas más. Tu mayor motivación es trabajar para saldar tus deudas, en nuestra mente invaden los miedos de sentirnos ahogados de todo lo que se tiene que desembolsar de nuestro bolsillo dejándonos sin pensar racionalmente, cuando en realidad no debería de ser así.
Por eso lector, te invito a que tomes “al toro por los cuernos” planeando tus medidas necesarias y dejes de trabajar para el dinero, de esta manera tendrás una libertad económica y una paz emocional en tu vida eliminando preocupaciones superficiales como lo son los problemas del dinero.
Recomendaciones:
– Comienza analizando cuánto es lo que percibes de ingreso
– Revisa cuántos créditos, o gastos cubres al mes
– Salda esas deudas que no te dejan dormir
– Disminuye gastos innecesarios, recuerda, no gastes más de lo que tienes
– Vuelve a revisar tus ingresos menos tus gastos, verás que hay un cambio radical en tu remanente
– Ahora si, ahorra. Uno nunca sabe cuando se pueda surgir una emergencia
Por Itzel Nayeli Lastra Miranda.